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viernes, 20 de marzo de 2015

Gestión del riesgo en los proyectos

     Un riesgo de un proyecto es un evento o condición incierto que, si se produce, tendrá un efecto positivo o negativo sobre al menos un objetivo del proyecto, como tiempo, coste, alcance o calidad, es decir, cuando el objetivo de tiempo de un proyecto es cumplir con el cronograma acordado; cuando el objetivo de coste del proyecto es cumplir con el coste acordado, etc.



      Las organizaciones perciben los riesgos por su relación con las amenazas al éxito del proyecto o por las oportunidades de mejorar las posibilidades de éxito del proyecto. Los riesgos que son amenazas para el proyecto pueden ser aceptados si el riesgo está en equilibrio con el beneficio que puede obtenerse al tomarlo.
     En lugar de tratar los riesgos como algo que debe evitarse, deberían buscarse oportunidades para transformar un evento desfavorable en algo positivo. Por ejemplo, en un proyecto se detecta un riesgo que consiste en que puede que la WAN no tenga suficiente capacidad para soportar una nueva aplicación. En este caso, en lugar de minimizar las funcionalidades de la aplicación para adaptarla a la capacidad de la WAN, se podría tratar dicho riesgo como una oportunidad, y trabajar junto con otras unidades de negocio para desarrollar un acuerdo para expandir la WAN permitiendo a otros departamentos mantener las funcionalidades de la aplicación previamente frenadas por la capacidad de la WAN.

El riesgo está compuesto de tres componentes esenciales:
  1. un evento definible
  2. probabilidad de ocurrencia
  3. consecuencia de la ocurrencia (impacto)
La gestión de riesgos se lleva a cabo:
  1. En la elaboración de una propuesta, cuando se planifica el proyecto
  2. A intervalos regulares durante la vida del proyecto: por ejemplo, como parte de los informes de estado del proyecto.
  3. Cuando hay un cambio de alcance en el proyecto
     Por tanto, es un proceso iterativo y recurrente a lo largo de toda la vida del proyecto. El propósito de la gestión de riesgos es minimizar la probabilidad y consecuencias de los riesgos negativos (o amenazas) y maximizar la probabilidad y consecuencias de los riesgos positivos (u oportunidades) identificados para el proyecto de tal forma que los objetivos de los proyectos se cumplan. Esto se consigue siguiendo una serie de pautas:
 
− Identificar todos los riesgos conocidos del proyecto

− Realizar una evaluación de la probabilidad de ocurrencia y del impacto potencial

− Cuantificar cual sería el coste de los riesgos en caso de que ocurrieran

− Crear planes de acción para gestionar los riesgos de alta prioridad

− Reconocer y gestionar los riesgos lo antes posible

Los objetivos de la gestión de los riesgos del proyecto son aumentar la probabilidad y el impacto de los eventos positivos, y disminuir la probabilidad y el impacto de los eventos adversos para el proyecto. Las empresas normalmente están en entornos de negocio con riesgo, ya que los proyectos tienen riesgos. Al gestionar los riesgos de forma proactiva, se conseguirá mejorar el beneficio de la empresa. Otros de los beneficios que se obtienen al llevar a cabo una buena gestión de los riesgos son:
  1. Se reduce los costes del proyecto
  2. Se mejora la satisfacción del cliente
  3. Se incrementa la capacidad y probabilidades de éxito
  4. Facilita el desarrollo del proyecto
  5. Disminuye drásticamente las sorpresas en los proyectos
  6. Ayuda a la empresa a conseguir los objetivos de negocio y proyecto evitando problemas que podrían causar pérdidas inesperadas y no planificadas

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