Cuando uno se hace directivo, algo que no está en sus manos -al menos de manera directa- hacer que las buenas ideas sucedan.
Si
las personas con las que trabajas no están motivadas, hagas lo que hagas, nunca
conseguirás buenos resultados.
La motivación debería ser uno de los grandes focos de atención en las empresas: los equipos motivados tienden a superar con creces las expectativas.
Mantener la motivación, sin embargo, es un reto constante que requiere voluntad, esfuerzo y algunas reglas básicas que no hay que olvidar:
La motivación debería ser uno de los grandes focos de atención en las empresas: los equipos motivados tienden a superar con creces las expectativas.
Mantener la motivación, sin embargo, es un reto constante que requiere voluntad, esfuerzo y algunas reglas básicas que no hay que olvidar:
- Las
organizaciones se mueven de arriba abajo. Todo lo que no pase arriba,
es imposible que pase más abajo. La alta dirección tiene que saber implicar a
los ejecutivos para que sientan que no son meros ejecutores de órdenes, sino que
también tienen alto poder de decisión.
- Escuchar
y hacer que los trabajadores se sientan implicados y dotarles del
espacio y las herramientas necesarias para impulsar sus proyectos con autonomía
es una buena práctica para mantener al equipo motivado.
- Aceptar
que, como ejecutivo, siempre habrá cosas que no sepas hacer y deberás
apoyarte en la experiencia de los expertos. Los trabajadores que sienten que
forman parte activa en la solución de problemas, por lo general, se mantienen
más motivados que el resto.
- Crear
un clima en el que el trabajo en equipo sea bien recibido y en el que
aprendas que, a veces, tienes que dar sin esperar nada a cambio y aceptar que
puede haber propuestas que sean mejores que la tuya.
- Promover
la felicidad mejora la productividad. Cuando te sientes feliz, tienes
mejores ideas, eres más participativo, más flexible y estás más abierto a
aceptar las opiniones de los demás. La felicidad, sin duda, está muy relacionada
con los resultados positivos de la compañía.
- Todos
somos humanos y nos podemos equivocar; desde el administrativo hasta el
máximo dirigente. Aceptar que podemos equivocarnos y aprender del error es
fundamental para progresar y mantener la motivación del equipo.
- A
nadie le gusta que le mientan. Ser siempre transparente con el equipo e
ir con la verdad por delante mejora el clima laboral y evita que se extiendan
rumores inciertos.
- Reconocer
el esfuerzo y el trabajo bien hecho mueve montañas. Sentirse reconocido
es uno de los motores más importantes detrás de la motivación.
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