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viernes, 17 de octubre de 2014

Criterios para invertir en una empresa ganadora

      Estamos en una sociedad, móvil, conectada, inteligente, social y virtualizada, que origina el crecimiento de las startups innovadoras. A ellas se les ayuda a avanzar cuando todavía no son capaces de generar facturación, pero sí ideas que enriquecen el mundo. Y a la firma inversora le sirve para aumentar su patrimonio y sus propias posibilidades de crecimiento.



A continuación aparecen algunos criterios que pueden ser claves para encontrar la empresa que necesitas y maximizar el potencial de vuestra alianza:


1. Historia de empresa. A la hora de planificar tu hoja de ruta será fundamental investigar la historia de la startup concreta sobre la que has puesto el ojo. ¡O startups! Ponte en contacto con sus fundadores y pídeles toda la información que consideres necesaria para tomar tu decisión. Ya sea su plan de empresa o su resumen ejecutivo, sus currículos y sus métricas. Es evidente que no puedes actuar sin analizar previamente hasta el último detalle de los números que maneja tu objeto del deseo en la actualidad, sus gastos, el reparto de su presupuesto y sus posibilidades de crecimiento.

2. Conoce el Lider Las ideas por sí solas no salen a flote. Que detrás de ella haya un líder decidido, carismático y formado, que sepa lo que hace, siempre es un grado. Tras el contacto inicial, tendrás que concertar una entrevista con el equipo directivo de la empresa que hayas seleccionado para plantear una inversión y sumar más argumentos antes de decidir qué hacer. Teniendo a la otra persona frente a frente puedes despejar muchas dudas, comprender mejor su espíritu empresarial o, quizás, tener un pálpito cargado de buenas vibraciones que te anime a dar un paso adelante.

3. El peso de la realidad Con el bagaje de la empresa que te ha llamado la atención ya estudiado como si fuera el tuyo propio, sus galardones haciendo presión y la visión sobre su equipo bien grabada en la retina, la tecnología que sustenta todo su entramado es otro elemento que debes añadir a la mezcla para asegurarte de que te encuentras de forma inequívoca ante la startup por la que quieres apostar. Ésta debería tener algo más que buenas intenciones. Debe haber sondeado bien el mercado y, en caso de que ya exista otra gente intentando sacar adelante un proyecto similar, haber encontrado un punto diferenciador que le permita superar a la competencia a medida que se vaya haciendo un nombre. También tiene que trascender las modas pasajeras y ser capaz de perdurar en el tiempo, e incluso fuera de nuestras fronteras. La cuestión de las patentes de tecnología en España no está tan desarrollada como en los Estados Unido, por ejemplo, especialmente cuando hablamos de invenciones de software. Pero eso no quiere decir que sea imposible registrar. Infórmate de si hay posibilidades de patentar la tecnología en la que estás a punto de invertir, ya que se trata de un plus que pondrá su valor en alza.

4. Diversifica. Si sólo sondeas empresas para invertir que se dediquen a tu misma área de actividad, porque es el ambiente que controlas, en el que te sientes más cómodo a la hora de negociar y el que realmente crees que más te puede ayudar a crecer en el futuro, no sólo perderás la oportunidad de conocer proyecto asombrosos, sino que estarás limitando tu propio potencial de expansión. No conviene poner todos los huevos en la misma cesta. Una de las desventajas de centrarse en un único tipo de empresas es que, si de repente cambia el interés de los consumidores o aparece un gigante que devora una parte amplia del mercado, no tendrás capacidad de reacción y perderás dinero. Ir siempre en la misma dirección no es inteligente, así que cambia el chip y no tengas miedo a lo desconocido. En el momento de invertir, busca lo novedoso. Piensa en diversificar tu negocio, a nivel de temática y de cantidad. Si tienes suficiente dinero para repartirlo entre una docena de proyectos, y consideras que todos ellos son interesantes, hazlo. Quizás once de esas doce compañías salgan rana y la otra sea el “boom” que te compense por todas ellas.

5. Quien no arriesga no gana, pero todo riesgo puede salir mal. La regla de oro para acometer una inversión es lanzarse a la aventura solamente si te puedes permitir el lujo de perder el dinero que vas a destinar. O al menos si sabes que su pérdida no supondrá un agujero difícil de tapar. Un negocio puede tener muy buena pinta, estar conformado por un cuadro humano genial, comenzar con las ideas claras, cuadrarle todas las cuentas y, al final, fallarle ese factor suerte que todos necesitamos alguna vez para cumplir nuestros sueños. El trabajo duro suele ser correspondido, pero nunca se sabe qué puede pasar, así que tenlo en cuenta antes de acabar lamentándote. Una clave para llamar al éxito es contener la inversión hasta tener una hoja de ruta en la mano. Estudia el mercado en el que quieres entrar y preocúpate por entender su particularidades.

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